Las lesiones autoinfligidas pueden determinarse como lesiones directas y deliberadas del propio tejido corporal con o sin finalidad suicida (Herpertz, 1995; Muehlenkamp, 2005). Otros términos utilizados para hacer referencia a esta conducta incluyen las lesiones autoinfligidas premeditadas (Pattison y Kahan, 1983), la auto-mutilación moderada superficial (Favazza y Rosenthal, 1993), las auto-heridas (Tantam y Whittaker, 1992) y el para-suicidio (Ogundipe, 1999). Las formas habituales de las lesiones autoinfligidas incluyen los cortes en la piel, el rascado, las quemaduras y los golpes propinados a uno mismo o golpearse con objetos (Briere y Gil, 1998; Favazza y Conterio, 1989; Herpertz, 1995; Nijman et al, 1999; Whitlock et al, 2006). Los estudios disponibles sobre el tema han señalado diferencias en cuanto a métodos, frecuencia y tipo de daño corporal entre los comportamientos con finalidad suicida y los de daño autoinfligido que no conducen al suicidio ni se acompañan de ideación de muerte. En general, los actos de daño autoinfligido sin intencionalidad suicida consisten en comportamientos auto-mutilatorios. Sin embargo, existen notorios vacíos de conocimiento en cuanto a la gravedad en los casos reportados. Además, de que existen diferencias en las definiciones de auto-daño consideradas.
Se ha estimado que para el año 2020 la depresión ocupará
el segundo lugar como trastorno incapacitante. Ésta es una razón por la que las enfermedades y padecimientos
mentales crónicos se consideran un problema
de salud pública mundial, con su inminente efecto
individual, social y económico.
La sintomatología depresiva y la depresión durante
la adolescencia han despertado particular
atención por la frecuencia con que ocurren, por
su impacto y las consecuencias a futuro en la salud
de los individuos que las padecen. La investigación con niños y adolescentes diagnosticados
con trastorno depresivo mayor y ha mostrado que existe riesgo mayor de episodios
depresivos recurrentes asociados con suicidios y
con otros comportamientos auto destructivos, además de que es un fenómeno que afecta casi a
todas las áreas de vida.
Diferentes investigaciones sobre intento de suicidio en adolescentes coinciden en señalar que durante esta etapa existe un mayor riesgo para autolesionarse de manera intencional debido a los desajustes emocionales y sociales que se experimentan, así como que los intentos de suicidio se asocian con síntomas depresivos y que son más comunes en la población femenina.
